"Algún día en un futuro no muy lejano, cuando se vendan las grandes colecciones de clásicos modernos, no seria de sorprender que el comic ocupe un gran porcentaje en la literatura del siglo XXI.
En esta hipotética colección seguramente nos encontraríamos con obras como las de Alan Moore y Frank Miller, que abrieron una puerta oculta en el género de superhéroes hasta ese momento cerrada al gran público.
Y más aún, nos encontraríamos con autores que para nuestra sorpresa en nuestros días, a pesar de su creciente popularidad, no han dado aún lo mejor de sí, a conocer al mundo.
Este sería el caso de Brian K Vaughan, quien a pesar de ser una máquina de escribir prolífera y ya reconocida en grandes proyectos, su potencial es tal que aún hoy no podemos decir que hemos leído lo mejor de él: realmente es una caja de sacar sorpresas.
Ya se considera una de las mejores plumas que andan rondando hoy en día, este intrépido guionista de 31 años, oriundo de Cleveland Ohio, cambió la cara del cómic al incorporar al género, como el superheróico, una faceta política nunca tratada antes (Ex Machina), o incluso, cautivar a todos con historias de vida simples en un mundo fantástico (Y the last man o Runaways.)
Si hay algo que lo destacó desde el principio han sido sus ideas políticamente incorrectas, lo cual en medios como los norteamericanos, y más en los tiempos de la hegemonía en que vivimos hoy en día, es algo que le ha servido para destacarse.
Su obra más impactante en ese sentido es Pride of Bagdad, novela gráfica realizada junto a Niko Henrichon."
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