El otro día descubrí a Philip K Dick.
Sabía que era el cerebro detrás de Blade Runner, de Minority Report y alguna peli mas. Pero jamás había leído un libro de el, hasta que me encontré con La penúltima Verdad en oferta en una librería de corrientes.
Por 15 pesos podía arriesgarme a llevar un libro, y hacer el intento de leerlo. De mas chico me fascinaba leer libros, llegando a leerme libros enteros por día!!! Pero después uno crece, se cansa, dedica tiempo a otras cosas y los pequeños placeres van quedando de lado.
Sumado a la cantidad monstruosa de comics que leo por mes (si, me aterroriza sacar la cuenta!!!) la lectura quedo de lado.
Y es por eso que le voy a estar agradecido a Dick , de haberme devuelto el gusto por la literatura, por los libros que si bien nunca fueron olvidados, han estado abandonados por un tiempo quizás demasiado largo.
Que puedo decir de la Penúltima Verdad?
Es sencillamente genial, desde las ideas que plantea, hasta la construcción de los personajes.
Quizas le deba un poco bastante a ese monstruo creado por Orwell en 1984, o a los omnipresentes medios Bradburianos, pero es injusto decir que Dick se limito a copiarlos.
Al contrario, sobre imágenes poderosas creadas por estas obras, Dick construye una trama superior en acción, y con un vuelo mucho mas inclinado hacia la ciencia ficcion, que el propio Bradbury.
La historia comienza en un mundo sumido en la guerra global, en el que en un intento desperado por huir de los ataques, la humanidad se encuentra encerrada en bunkers, donde pasan sus días reparando maquinas de combate.
El único nexo entre la superficie y estas comunidades subterráneas es la televisión, que constantemente los bombardea de información y noticias sobre lo que acontece en el exterior.
La verdad es que ante ese panorama desolador, habría que estar loco para salir de esos bunker. Pero la necesidad empuja a uno de estos proletarios del subsuelo a recurrir al mundo de la superficie, en busca de ayuda para un viejo amigo moribundo.
La sorpresa entonces, al llegar a la superficie, es que no hay un mundo devastado, con un invierno nuclear devorándose el cielo.
Al contrario, la guerra ha terminado hace casi dos décadas, y los gobiernos se han repartido las tierras sin necesidad de dar explicaciones a la gente atrapada en esas inmensa factorías subterráneas, donde construyen y repara los robots que asisten a los dirigentes de este nuevo mundo.
Quien es entonces Talbot Yancy, el actual gobernante del mundo? Que hay de verdad en las mentiras dichas? Hasta cuando se puede mentir y no pagar un precio?
Los personajes son variados y abundan los giros sorpresivos de la trama que marcha hacia un inexorable final, que queda incomprensiblemente abierto, invitandonos a meditar sobre las repercusiones de lo acontecido.
Un comunicador social con cargo de culpa, un director de medios inmortal e inescrupuloso y un Mesias ambiguo y terrorifico son algunos de los personajes en pugna por gobernar este mundo que a pesar de todo… no deja de parecernos familiar.
Detectives, intrigas políticas y hasta viajes en el tiempo (si , como si fuera poco), dota a este libro de una acción adictiva.
Injustamente relegada, esta obra es una de las mejores de este Genio de la ciencia ficción contemporánea, incluso superior en algunos aspectos a su aclamada El hombre en la Montaña.
Altamente Recomendable, para pedirle a Papa Noel.
Por 15 pesos podía arriesgarme a llevar un libro, y hacer el intento de leerlo. De mas chico me fascinaba leer libros, llegando a leerme libros enteros por día!!! Pero después uno crece, se cansa, dedica tiempo a otras cosas y los pequeños placeres van quedando de lado.
Sumado a la cantidad monstruosa de comics que leo por mes (si, me aterroriza sacar la cuenta!!!) la lectura quedo de lado.
Y es por eso que le voy a estar agradecido a Dick , de haberme devuelto el gusto por la literatura, por los libros que si bien nunca fueron olvidados, han estado abandonados por un tiempo quizás demasiado largo.
Que puedo decir de la Penúltima Verdad?
Es sencillamente genial, desde las ideas que plantea, hasta la construcción de los personajes.
Quizas le deba un poco bastante a ese monstruo creado por Orwell en 1984, o a los omnipresentes medios Bradburianos, pero es injusto decir que Dick se limito a copiarlos.
Al contrario, sobre imágenes poderosas creadas por estas obras, Dick construye una trama superior en acción, y con un vuelo mucho mas inclinado hacia la ciencia ficcion, que el propio Bradbury.
La historia comienza en un mundo sumido en la guerra global, en el que en un intento desperado por huir de los ataques, la humanidad se encuentra encerrada en bunkers, donde pasan sus días reparando maquinas de combate.
El único nexo entre la superficie y estas comunidades subterráneas es la televisión, que constantemente los bombardea de información y noticias sobre lo que acontece en el exterior.
La verdad es que ante ese panorama desolador, habría que estar loco para salir de esos bunker. Pero la necesidad empuja a uno de estos proletarios del subsuelo a recurrir al mundo de la superficie, en busca de ayuda para un viejo amigo moribundo.
La sorpresa entonces, al llegar a la superficie, es que no hay un mundo devastado, con un invierno nuclear devorándose el cielo.
Al contrario, la guerra ha terminado hace casi dos décadas, y los gobiernos se han repartido las tierras sin necesidad de dar explicaciones a la gente atrapada en esas inmensa factorías subterráneas, donde construyen y repara los robots que asisten a los dirigentes de este nuevo mundo.
Quien es entonces Talbot Yancy, el actual gobernante del mundo? Que hay de verdad en las mentiras dichas? Hasta cuando se puede mentir y no pagar un precio?
Los personajes son variados y abundan los giros sorpresivos de la trama que marcha hacia un inexorable final, que queda incomprensiblemente abierto, invitandonos a meditar sobre las repercusiones de lo acontecido.
Un comunicador social con cargo de culpa, un director de medios inmortal e inescrupuloso y un Mesias ambiguo y terrorifico son algunos de los personajes en pugna por gobernar este mundo que a pesar de todo… no deja de parecernos familiar.
Detectives, intrigas políticas y hasta viajes en el tiempo (si , como si fuera poco), dota a este libro de una acción adictiva.
Injustamente relegada, esta obra es una de las mejores de este Genio de la ciencia ficción contemporánea, incluso superior en algunos aspectos a su aclamada El hombre en la Montaña.
Altamente Recomendable, para pedirle a Papa Noel.