¿Se puede encarar la lucha contra la piratería online?




El otro día estaba haciendo zapping y llegue al canal encuentro, eso maravilloso lugar donde nadie mira nada, pero que cada tanto se descuelgan con unos programas ASOMBROSOS, producidos aca o traídos de la BBC.

Entre documentales de Orcas y la vida silvestre del Kilimanjaro apareció un documental sobre la historia de Internet, desde sus orígenes como experimento de ñoños hasta sus infinitas posibilidades comerciales.

Obviamente entrevistaban muchísima gente grosa, pero sin caer en los lugares comunes. No estaba Google, ni Amazon, sino por ejemplo la gente del Huffington post que son algo así como los gurus de las redes sociales.

Y un poco la tesis del documental era que a lo largo de su existencia, Internet se movía en un péndulo que iba desde la filosofía Cyberanarquica en la cual todo era compartir gratuitamente, unificados todos como si fuéramos un solo ser de múltiples cerebros, hasta el capitalismo mas acérrimo bajo la consigna del pay per view.

La discusión todavía no esta zanjada del todo. Respecto al compartir gratuitamente, los que se beneficiarían idealmente son los grupos universitarios, las pequeñas editoriales, los programadores más idealistas, que desarrollan conocimiento y lo comparten.

Dentro de este modelo de “opensource” lo que sucede es que el dinero no se hace vendiendo el software, sino los complementos, las capacitaciones y porque no, el desarrollo a medida. Basta pensar en Wordpress, en Gimp, y en la cantidad de desarrolladores especializados y que cobran por las adaptaciones. Todo este trabajo estaría reducido a unos pocos si estos sistemas tuvieran licencias especiales.

Lo mismo el material académico, elaborado por distintas universidades que tienen una via veloz para difundir sus avances y trabajos.

O por ejemplo los artistas, dibujantes y comiqueros que quieren compartir sus habilidades, darse a conocer o simplemente hacerse amigos.

Sin embargo y en mi humilde opinión, los que mas se favorecen económicamente son los proveedores de internet. ¿Para que querríamos una banda ancha de 10 megas si no es para descargar una película? Con 256k se puede navegar Facebook tranquilamente.

Y esto no es un dato menor. Basta darse cuenta que los grandes multimedios del mundo, que generan millones de contenidos pagos y son quienes denuncian que la piratería les arruina el negocio, directa o indirectamente tienen en sus portfolios el servicio de acceso a internet.

Por otro lado están quienes quieren ir a un modelo mas “freemium” tratando de encontrar un punto de equilibrio (casi imposible) entre el negocio transaccional y la libertad anárquica de internet.

Ahora y aquí es donde hay una escala de grises que tiende a complicar las cosas. ¿Cuando yo compro una revista, un libro, una película, el mero hecho de comprarlo no me hace dueño de ese objeto? No así de la obra, si, pero el soporte físico en el cual lo sostengo ¿no es mio? Es la base del derecho a la propiedad privada.

Ahora bien, si esa revista la quiero prestar… no puedo? ¿Y si la quiero digitalizar y guardar en un servidor? 
¿Acaso no es mía? ¿Acaso no la compre? Si deseara quemarla… ¿alguna editorial me denunciaría?
Entonces siguiendo esta línea, ¿Por qué compartir algo en internet es un delito, sino estoy plagiando la obra, ni estoy lucrando con ella? Mas polémico aun es el caso de las ediciones traducidas por los fans en la que ellos mismo solventan la traducción y maquetado + rótulos.

Con esto no me estoy poniendo a favor ni en contra de nadie, solo estoy planteando los grises que tienen la propiedad intelectual en la era de la reproducción infinita, o el share infinito. Amparados en estos grises han prosperado cientos de servicios conocidos por todos como Rapidshare, megaupload y muchos más.

Rupert Murdoch, tránsfuga magnate dueño de los principales medios del mundo, se fue reuniendo lentamente con diversas figuras del mundo editorial, para ir migrando los sitios de noticias online a un servicio pago. Los periodistas no se oponen, ya que implicaría el fin (teórico) de la justificación del porque un periodista Web ganaría menos salario que uno de papel.

Con el surgimiento de propuestas como Crackle/Netflix/Amazon/Itunes, el negocio de pagar contenidos online ya tiene su plataforma… solo es cuestión de esperar la avanzada final sobre los métodos gratuitos de transferencia  para que al fin se redondee el negocio.

Todo esto viene a cuento de que estas últimas semanas se ha criticado y lanzado una ola de quejas sobre Marvel y su licenciataria para Argentina Ovnipress. De un tiempo a esta parte la editorial ha lanzado una cruzada contra los sitios más conocidos de descarga de comics (Universo Comic/ Novena Dimension /  Ladron Corps / How to Arsenio Lupin) cerrándolos y demandándolos judicialmente para que no compartan más. En algunos casos justificadamente (muchachos... en serio??? LADRON CORPS????).

Segun el blog Shinobi:
La editorial Argentina esta yendo en contra de aquellos sitios que publican cómics americanos, traducidos, que estén dentro de su linea de publicación, Marvel Comics, Dark Horse, The Walking Dead entre otras, para evitar lo que sucedió en Lima, Perú, donde ademas de la publicación en sus paginas, imprimían y vendían los números en revistarías y negocios especializados, ya generando una competencia directa en el mercado contra las editoras de dicho país, como por ejemplo Panini.

A diferencia de Taringa (que es el antecedente mas conocido dentro de nuestro país) la mayoría de los sitios no lucraban ni a través de publicidad ni a través de la venta directa de los archivos, por lo que más de un blogero ha salido en su defensa.

En lo personal, creo que combatir la piratería online es algo que se veía venir, sobre todo dentro del sistema en el que vivimos, y como se vienen dando las cosas estamos ante un trágico fin de fiesta, con antecedentes pesados como Cuevana.tv o Taringa.net, que han tenido que cambiar su política de contenidos para lograr sobrevivir a las demandas judiciales.

Segun el comunicado que difundio Ovnipress:

“OVNI Press y la protección del Copyright:


Seguramente en estos días escuchen (si no lo hicieron ya) sobre varios sitios que traducían y compartían cómics de nuestras licencias en forma ilegal y que han sido cerrados.

Sabemos que no cayó bien entre muchos cybernautas, pero lo cierto es que como representantes de Marvel, Dark Horse, The Walking Dead y otros, nos vemos en la obligación de defender nuestras licencias y denunciar a estos grupos. No queremos hacerle una guerra a la piratería, sabemos que es una batalla perdida, pero sí reconocemos que es nuestro derecho defender a nuestras editoras, que no autorizan bajo ningún concepto estas ediciones clandestinas.

Ciertos grupos se han comprometido a boicotear a la editorial. El derecho a elegir qué se compra y qué no es tan válido como el nuestro para exigir que no se traduzcan nuestras propias series, meses antes de que nosotros las editemos. Competimos contra ediciones ilegales que se amparan en que no tienen “fines de lucro”.


Obviamente nadie ni legal ni moral puede cuestionar la iniciativa de Ovnipress, de aunque mas sea defender las ediciones que estan por lanzar, exigiendo que esas por lo menos no sean traducidas. De hecho es exactamente lo que pasa con las series de anime, que al ser licenciadas automaticamente se dejan de subtitular y circular.

Pero por otro lado dudo mucho que impacte positivamente en ventas. 

La gente que consume “scans” como se llaman en la juerga, no son potenciales clientes de revistas de papel. Por lo general es el cliente que considera el consumo cultural como un commoditie y no un coleccionista, alguien que solo lee revistas porque las puede bajar gratis, pero en cuanto se las cancelan, pasan a leer otra cosa o sustituyen por videojuegos.

En el medio están los que si tienen poder adquisitivo (o por lo menos relativo) y que lo hacen por habito, para finalmente seleccionar lo mas “potable” y adquirirlo en otros soportes.
Sumado a que se pierde una herramienta infinita de difusión de obras, mediante la cual uno puede darse conocer dentro del mercado de los prospectos sin invertir un solo peso, dejando a los seguidores que se compartan los archivos, que se los vayan pasando y luego lucrar con Recitales, o ediciones especiales.

La única razón por la que uno podría concebir la persecución de estas comunidades, es quizás que Ovnipress o Marvel tengan en su mira en un futuro no demasiado lejano la edición digital de sus títulos, que ahí si competirían directamente con las ediciones “piratas”.

Las nuevas tecnologías abren nuevas posibilidades, nuevos límites y nuevos interrogantes.

Y vos… ¿De que lado estas?


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