
Después del lió que se armo con la saga Messiah Complex, los X men vuelven a reorganizarse. Cyclops al frente de todos los grupos, le encarga a Wolverine el ajuste de cuentas con Mystique, que los traiciono durante dicha saga. Implacable el Canadiense comienza una cacería humana en la que solo la astucia de esta vieja enemiga le permite escapar... ¿pero hasta cuando?

Antes que nada aclaro que si bien arranca con el día después de Messiah Complex, no es necesario haber leído la saga para disfrutar de la historia. Digamos que Mystique les debe unas cuantas a los X men , por lo que que le vayan a dar era algo cuestión de tiempo.

El guión a cargo de Jason Aaron es entretenido , con muchos flashbacks que nos llevan a Kansas en 1921 donde asistiremos al primer encuentro entre los dos mutantes mas peligrosos que hayan surcado la tierra.
¿Quien traiciona a quien? ¿Hasta donde puede llegar Wolverine? ¿Quien empezó primero?
Todo el tiempo las cosas cambian. Claro que con un mutante cambia forma nada es lo que parece.

Así es como Mystique acorralada se refugia en Irak y Afganistan, disfrazandose de inocentes, escondiéndose detrás de los soldados yanquis.
Este es quizás uno de los puntos mas coloridos, en el que Jason Aaron toma su rodaja de gloria.
Los que se suponen ser los buenos, esconden al malo y los que suponen ser malos, son quizás el único aliado de Logan.
Así es como si Mystique se escuda con los Americanos, Logan pide ayuda a los Talibanes.

Este es uno de los puntos que mas critican de la historia. Hay escenas fuertes, como Wolverine inmolandose en un coche bomba, o Mystique desnudándose en el desierto.
Los dibujos de Garney por otro lado son el complemento ideal del guión de acción de Aaron. Tienen dinamismo, cada trazo parece realista. Cuanto mejoro desde sus primeros trabajos!!! Alguien se acuerda de Hulk?

La obra es una persecución despiadada, sin limités, y con un final que si bien no termina siendo tracendental, no cambia en nada la vida de ninguno de los personajes, pero plantea un nuevo rol para Wolverine.
Este se convierte en el sabueso de los Xmen, ese que se ensucia las manos cuando hay que ajustar los tantos, y mejor aun, a sabiendas de Cyclope. Este enfoque es el que en cierta forma genera la creación del nuevo Xforce, como una especie de gestapo, con licencia para matar y todo.