Hace poco se armo revuelo, porque el ministerio de educacion le mando a la Provincia de Cordoba una partida de libros, entre los que estaban los de la coleccion ND de Editorial Colihue.
La bataola se armo cuando dieron con algunos títulos, como El Inspector Justo y vieron escenas de violencia y sexo desenfrenadas... Hubo cruce de opiniones, se cacareo mucho y todo quedo en la nada.
Ahora bien, creo que hay un debate pendiente. Por un lado ¿que tipo de literatura deberia haber en la biblioteca de un colegio? Y por el otro ¿Que espacio ocupa la historieta en la cultura argentina?
Yo recuerdo haber leido libros como "Mi amigo Cochico" o "Víbora Verde" en los que se reflejaba la dura vida del litoral argentino. O "Los cuentos de la Selva" de Quiroga que en muchos casos llegan a ser tremendos, sangrientos y hasta descarnados. Pero claro no me lo daban de leer a los 6 años, sino que ya tenia 13 o 15 cuando los descubrí.
Otras obras como Farenheit o 1984, libros que deberían ser obligatorios en todos los colegios de cualquier país democrático, tampoco generan demasiado revuelo.
Porque seamos honestos: los chicos están expuestos al sexo y la violencia todo el tiempo, y la educación no debería censurar esta vertiente del ser humano, sino prepararlos para poder enfrentarla.
En un mundo en el que la "adolescencia" llega cada vez mas temprano, contenidos adecuados pueden llegar a atraer alumnos de los últimos años a nuevos caminos de la literatura y del arte.
También esta lo que entendemos por literatura. En muchos países del mundo la historieta entra dentro de los géneros literarios. En nuestro país ha mutado la referencia para bien, ya que hoy se lee, se compra y se consume mucho mas de lo que había hace años atrás. Impulsado si , por las franquicias extranjeras (superheroes) pero en el medio se van colando los entusiastas que han logrado editar y llevar a públicos relativamente viables sus gustos y pasiones.
¿Cual fue el problema entonces? Según La Nación, la historia fue:
El tema salió a la luz esta semana cuando directivos de algunos establecimientos educativos mendocinos manifestaron su disconformidad con el contenido de una serie de textos enviados por el Plan Nacional de Entrega de Libros.
La funcionaria indicó que tomaron conocimiento de la situación a través de los medios "junto con el resto de la población", por lo que tras una reunión con el gobernador Francisco Pérez y la directora general de Escuelas, María Inés Abrile de Vollmer, ex viceministra de Educación de Nación en la gestión de Juan Carlos Tedesco, tomaron la decisión.
"Analizamos la información de especialistas en literatura juvenil y ahí tomamos la decisión de hacer esta medida, que es precautoria, porque además esto generó un debate importante, ya que hay gente que está a favor de que estos textos estén en contacto con los chicos, mediados por adultos, docentes especializados", manifestó.
Obviamente, el titular de Colihue, quien pertenece a Carta Abierta, salio con los tapones de punta y en una extensa misiva:
Les hacemos llegar nuestra respuesta a las críticas que en la Provincia de Mendoza se han levantado con clara intención electoral, contra libros comprados por el Ministerio de Educación con destino a las Bibliotecas para el nivel secundario. Nos referiremos a los libros de nuestra editorial incluídos en los comentarios de los censores, pero hacemos extensiva nuestra solidaridad a los autores, ilustradores y editores de otras obras cuestionadas, que como Peter Capusotto, el libro de Diego Capusotto y Pedro Saborido, publicado por Random House/Sudamericana, Asquerosología en acción de Sylvia Branzei, publicado por Iamiqué, y el genial Perramus de Juan Sasturain y Alberto Breccia, publicado por Ediciones De la Flor también han caído bajo la lupa prejuiciosa, inculta y cursi de quienes se arrogan la potestad de determinar qué cosas son buenas para la lectura de adolescentes en edad de elegir Presidente de la República, andar por la vida sin trabajo cuando lo necesitan (o ser explotados a veces cuando lo consiguen), morir bajo las balas de policías "bravas" (y cobardes), ser víctimas de los traficantes de paco o mirar diariamente en televisión a quienes pontifican moral desde los medios y son ellos mismos la evidencia misma de la inmoralidad. Entendemos que si el Ministerio de Educación retrocede en este campo, en el de la libertad creativa, en el de poner a disposición de los alumnos las lecturas más variadas que se conecten con los temas de su edad, sin ñoñerías, gran parte del terreno ganado lo estaríamos regalando.
Tendríamos que volver a bajar los cuadros, pero ahora no los de Videla y Bignone, sino los de León Ferrari,
Carlos Alonso, Carpani. Volveríamos como en nuestro secundario a saltear la página de "Don Segundo Sombra" donde se habla de "zampar de culo en la bañera". Por último y para los analfabetos que nada entienden (sin esperanzas de que lo hagan, de puro tercos): 1) sexo explícito es un acto sexual desplegado y gozado a la vista, no el dibujo de una anatomía desnuda. Y aún en el caso del "sexo explícito", este forma parte de la vida y por eso de la mejor literatura, dibujada o no; 2) el género historieta, por su naturaleza, dibuja las situaciones y pone en globito los diálogos. Lo que en un texto narrativo sería "La mujer, desnuda, se miraba desconsolada al espejo, cuando llegó Juan y le dijo - ¿qué va a decir tu madre? (fin de la cita, diría Rajoy)", en historieta sería un dibujo de mujer desnuda a la que se le vé el traste y por el reflejo del espejo las lolas y en globito "¿qué va a decir tu madre?". En un texto dramático, para trasponerlo a historieta, se dibujan las didascalias y en globo se seleccionan los diálogos. Si alguien encuentra alguna manera de llevar a la historieta escenas comunes en la literatura, sin carga erótica o con ella, que aluden a cuerpos desnudos (o sus partes, sexos masculinos o femeninos incluídos), sin dibujarlos, que haga un seminario sobre "historieta pacata"; 3) Si una situación de violencia, narrada de la forma que sea, puede ser considerada promoción de la violencia (homicidio, abuso o lo que sea), habría que sacar de circulación la mayor parte de la literatura policial. Con el mismo criterio habría que considerar a Bram Stocker, autor de Drácula, promotor del vampirismo. El nivel de los críticos es sólo comparable a su estatura moral. Nosotros editamos -entre otros géneros-, NARRATIVA DIBUJADA y estamos orgullosos de que los jóvenes de todo el país puedan tener acceso tanto a los autores que se cuestionan como a los otros que también están recibiendo en la biblioteca de secundario, como H.G. Oesterheld, Francisco Solano López, Barreiro, Lalia, Trillo, Breccia, Nine, etc.
Quedamos a disposición para cualquier inquietud y nos apresuramos a poner en conocimiento de los autores, ilustradores y editores (no solo de historietas por supuesto), también de los docentes y sus organizaciones, este auténtico atentado contra la libertad creativa y la cultura argentina que están intentando estos retrógrados. Los editores argentinos sabemos que la intención de fondo es hacer caer el sistema de compra y distribución de libros por el Ministerio de Educación a todo el país que está permitiendo que los pibes que concurren a la educación pública se estén formando con las mejores expresiones del pensamiento y la literatura, nacional y universal. NO LO PERMITIREMOS.
En mi opinion, que un director de una escuela se rasgue las vestiduras por este tipo de contenidos, habla muy mal del contenido y la catalogacion de libros en las bibliotecas de los colegios. ¿Acaso un alumno de 16 años no puede leer libros adultos? Limitar los contenidos disponibles es limitar la libertad de pensamiento, tal como dice el editor de Colihue.
Si hay algún escandolo, quizás sea la compra millonaria por parte del ministerio de educación, a una editorial que hace casi 10 años que no publica un titulo. O los montos pagados, en títulos que finalmente no va a leer nadie. Ojo, no estoy haciendo una denuncia, simplemente resalto que si bien las compras del ministerio de educación y de la biblioteca son una bendición para determinados editores, quizás sea ahí (o no) donde esta el verdadero quid de la cuestión, y que ni siquiera ha sido mencionado por los grandes medios.
Sobre Enedé:
Es una colección de Narrativa Dibujada que reúne algunos de los más importantes clásicos de la Historieta argentina. Dirigida por Juan Sasturain en una primera etapa, labor que continúa Pablo De Santis
desde hace años, la colección ha publicado en sus cuatro series obras de historietistas de la talla de Héctor
Germán Oesterheld, Alberto Breccia, Carlos Mandrafina, Oski, Horacio Lalia, Carlos Trillo, Carlos Nine, Francisco Solano López, Carlos Sampayo entre otros nombres destacados. El material editado en Enedé es en gran medida el resultado de la recuperación de publicaciones periódicas verdaderamente clásicas, publicadas en las más importantes revistas de historietas argentinas.