Después de la polémica decisión de devolverle a DC todos los personajes que habían nacido en sus paginas, Vertigo parecía haberse quedado sin sus grandes tanques. Pero después de esta miniserie, podemos respirar tranquilos, porque los de DC tampoco son tan tontos como parecen.
The Creeper es un personaje creado por Dennis O Neill y Steve Ditko, y la verdad es que nunca termino de despegar. Como diseño era un personaje exotico, emparentado si se quiere con el Joker de Batman (mas de un guionista ha tocado esa idea).
Sin embargo es un personaje sin demasiada suerte, dificil de encajar en el mundo "realista" del resto del universo DC, bizarro como es. Es por eso que nunca a logrado pasar de la decena de numeros y fue desde el terror hasta la parodia sin escalas.
Vertigo en un guiño genial, se ha apropiado del personaje y se lo dio a Jason Hall y Cliff Chiang para contar una historia nueva.
El resultado es interesante. No se si puedo decir que es excelente, pero si que es interesante. La historia esta ambientada en París, a principios de siglo XX, lejos de las calles de Gotham y de todo lo relacionado con los superheroes.
No solo eso, sino que se mete de lleno en la cultura de la "ciudad de las luces" haciendo incapie en el surrealismo como manifestación artística. Acá no hay ciencia ficción, sino algo mas emparentado con el realismo mágico de Garcia Marquez... hay magia en las palabras y el relato y no en los hechos.
En cierto punto me hace acordar mucho a la novela de Pablo De Santis "El Enigma De Paris" en la que le da lugar físico y carne a cada uno de los exponentes literarios del genero policial. Acá pasa al reves, Jason Hall cruza a sus personajes con personalidades de carne y hueso. Coquetean con Hemingway, aparecen los dadaistas, incluso Picaso.
Pero por otro lado aparecen personajes clasicos del universo DC, aparece Zatara y Shade. Así que Beware The Creeper bien puede ser la puerta de entrada a toda una serie de historias ambientadas en una época romántica como pocas.
La historia no tiene cosas demasiado rebuscadas, alguna que otra pequeña sorpresa, pero digamos que todos los recursos son absolutos cliches. Hasta el final, como no podia ser de otro modo transcurre en la Torre Eiffel.
Cliches, si pero por otro lado usados de forma correcta y muy astutamente entrecruzados con la historia "real del arte".
Cliff Chiang vuelve a pegarla con un diseño preciso, referencias históricas y documentadas y muy hábilmente narrado.
Una historia redondita, con un arte prolijo y una ventana a todo un universo "realista" y referencial pero a la vez de ensueño dentro del universo DC.