
-¿Además de historietas publicaste otro tipo de material? Recuerdo el del pensamiento vivo del Carlos...?
...Mendez. Sí, un gran éxito. Vendí más de 20,000 ejemplares! Algún libro de Cortazar en los comienzos... Además (recuerdo apenas aquella época), fascículos para una editorial que hacía de todo. Edité cosas de cocina, de evangelistas... Qué se yo, varias cosas que ya ni recuerdo.
Entre otras cosas, Doeyo también se encarga de la parte comercial en la Argentina de los libros de Ciruelo [conocido por sus dragones]. “Somos amigos de siempre, fuimos compañeros de colegio e incluso jugábamos al rugby juntos. La verdad, es una gran responsabilidad, ya que son libros de muy alta rotación y de una gran inversión. Aún sin saber “nada de marketing” [se ríe], la gestión comercial de esta línea es toda una responsabilidad. Uno de nuestros grandes aciertos fue el Cuaderno de Viajes. Un día estaba con Ciruelo en la primera muestra del Palais de Glace y hablamos de juntar todos los dibujos en un librito que saliera un tercio de lo que salen sus Artbooks. Así fue como surgió el “Cuaderno” un éxito rotundo que ya agotó 4 ediciones y que ahora mismo reimprime una 5ª”.
-Volviendo a la trayectoria editorial, ¿Ancares fue tuya? ¿Cómo fue la etapa de Ancares? ¿Qué paso en el medio?
Ancares ES mía. Es mi apellido materno. La etapa de Ancares no está agotada ni mucho menos. Recientemente acabamos de re publicar el material de Maradona y Cazador en dos libritos (Invasión y Penal!) que salieron por ese sello.
Mi editorial es una sola. Los diferentes sellos responden a diferentes momentos y fundamentalmente, a diferentes y ocasionales accionistas que se sumaron en las diferentes etapas. Por ejemplo: fundé el sello Ancares Editora porque mi madre me prestó un dinero para que me expanda y como yo además tengo dos hermanos, me pareció que ese dinero debía permanecer “separado” de lo que venía haciendo antes (Doedytores). Afortunadamente pude devolverle el dinero en vida de ella y en el tiempo previsto y mantuve el sello activo en su recuerdo, que falleció en marzo de 2006.
-Muy buenos los JD y los scketchbooks. ¿Cuáles vendieron más?
El de Juan Giménez, vendió los 2,000 ejemplares que se imprimieron en apenas 1 año. Fue un éxito! Imagínate que del de Zanotto se hicieron sólo 1,000 y tardamos casi tres (o cuatro) para agotarlo. Lamentablemente, Giménez se dejó tentar por la idea de “la editorial propia” y se asoció con un editor que, lejos a aprovechar esa oportunidad única que tenía de editar toda la obra historietística de un capo como Juan, después de 2 historietas publicadas dio un volantazo y presentó una trilogía de libros de bocetos en varios idiomas que no pasó del primer volumen y terminó en las mesas de saldo... Una lástima. De no haber sido por eso, lo hubiéramos reimpreso una y otra vez, resultó un título muy vendedor.
También vendieron muy bien los de Olivetti. Y el de Enrique Breccia.
En realidad empecé la serie con Ariel Olivetti, y quedó en el tintero un cuarto volumen que mezclaba ilustraciones finales a color con sus correspondientes bocetos iniciales.
-¿Volverías a sacar alguno nuevo? ¿De quién?
Sí, me encantaría... El problema es que disfruto mucho haciendo estos laburos (lo cual no es ningún problema), pero se tarda mucho tiempo –porque para disfrutarlos, los tengo que hacer yo- y en realidad su venta –en la mayoría de los casos- es muy trabajosa y lenta. Y hoy lo que no me sobra es tiempo. Pero me encantaría volver a hacerlos. Quedó en carpeta –a medio hacer- uno de Ricardo Villagrán que tiene un material increíble.
-¿Qué paso con Archivos negros? Salió un primer numero interesante, dedicado nada más ni nada menos que a Alberto Breccia pero después no continúo. ¿No hay mercado para este tipo de productos?
Archivos Negros se hizo para “aplicar” a una beca (creo que del Fondo Nacional de las Artes, pero no estoy seguro) y como había varias categorías diferentes, y una de ellas era para publicaciones que ya existían, tratamos de competir en esa categoría e hicimos ese número. Y perdimos, valga el dato.
El material era parte de un trabajo más extenso que armamos con el absoluto Fernando Ariel García, y que alguna vez verá la luz en forma de libro.
Sobre el mercado, no creo que haya mercado para una revistita de 16 páginas, por más coqueta que ésta parezca. Pero sí creo que tiene un “mercado mínimo” en formato libro.
Hasta aca llegamos en esta segunda parte. Si quieren leer la primera parte de esta entrevista click aquí. Proximamente la tercera parte.